Manjaro es una de las distribuciones más queridas entre los usuarios de Linux. Basado en Arch Linux, Manjaro es una solución sencilla, súper estable y con gran énfasis en las opciones gráficas. Por lo que se le considera una distribución ideal para empezar a manejarse en el mundo de Linux.
Pero Manjaro no se limita solo a eso, desde posibilidad de personalización hasta todo tipo de funciones interesantes hacen que también sea de los favoritos de los usuarios más pro.
Es sin duda una apuesta segura para dar una segunda vida a ordenadores viejos o hacer dual boot en nuestro PC si buscamos alternar entre una distro Linux y otra cualquiera. En esta entrada vamos a repasar los puntos clave de Manjaro.
Versiones
La primera característica que nos hace ver que Manjaro se amolda a cada usuario son las varias versiones, 3 oficiales y 5 de la comunidad. Entre las oficiales tenemos:
- Plasma (KDE): Es la distribución estándar y la que utilizaremos para hacer esta review. Simple, potente y totalmente personalizable.
- Gnome: Una versión más limpia y ligera que KDE.
- Xface: Ofrece una mejor eficiencia, saca el mejor rendimiento en hardware limitado.
Puedes consultar todas las versiones, así como información más detallada en su página oficial.
Características de Manjaro
Como mencionamos al principio del post, Manjaro se basa en Arch Linux, con todo lo que ello implica: Velocidad, eficiencia, acceso a Arch User Repository, rolling release (permite actualizar el sistema sin tener que reinstalar el SO), etc…
Aunque a Arch Linux se le conoce por no ser accesible a todos los usuarios debido a su complejidad. Manjaro brinda a los usuarios estas características junto con una serie de funcionalidades que lo hace muy fácil de usar. Desde el proceso de instalación, tipo Ubuntu Desktop, hasta el reconocimiento automático del hardware e instalación de los drivers necesarios.
Al arrancar Manjaro saltará la pantalla de boot y se nos da a elegir entre dos opciones. Si nuestra gráfica es AMD o Intel conviene elegir «boot with open source drivers», y si es Nvidia, «boot with proprietary drivers».
Desde el gestor de configuración, es posible instalar y cambiar de Kernel con gran facilidad y de forma gráfica. Se puede elegir entre Kernels experimentales, Kernels en tiempo real, y varias versiones de LTS.
En Manjaro se pueden hacer instantáneas del estado del equipo con Timeshift, que viene instalado por defecto. De esta manera puedes experimentar y aprender sobre Linux sin ningún miedo de romper la máquina, pues puedes volver al estado del backup para revertir los cambios hechos. Como puedes ver, ideal para principiantes.
La terminal por defecto es Konsole, la estándar de KDE, personalizado con un diseño elegante y simple. La elección de colores y modificaciones gráficas hacen que la experiencia de usar la línea de comandos sea amena.
Paralelamente también viene Yakuake preinstalado, siguiendo las modificaciones que se le aplican a Konsole.
Uno de los puntos clave de Manjaro es la personalización total tanto de apariencia como de funcionalidades. Espera, ¿pero eso no es algo totalmente normal en un entorno Linux? Pues sí, pero hay que recordar que Manjaro esta diseñado para ofrecer todo lo que cabe esperar de Linux con la mayor sencillez posible.
Todos los ajustes se pueden realizar desde el programa de preferencias gráficamente. De esta manera puedes acotar todo a tu gusto sin muchos quebraderos de cabeza, lo cual es lo más adecuado tanto para novatos como para pros que buscan un respiro.
Rendimiento
Lo primero que hay que mencionar en cuanto al rendimiento es el consumo de memoria RAM base al iniciar el equipo. En nuestro entorno de pruebas Manjaro se levanta con poco menos de 1GB de RAM, aunque en otras configuraciones puede llegar a usar unos 750MB en la versión KDE.
Cabe recordar que la versión KDE es la más pesada de todas, pero aun así se encuentra bastante optimizada. Con la versión Xfce se consumen unos 650MB de RAM, 100 menos que KDE.
Planteando un escenario de multitarea común, el uso de RAM en la versión Plasma KDE puede aumentar hasta 3GB. Si tienes un equipo antiguo o de poca potencia computacional, Manjaro es una gran opción para sacarle el máximo rendimiento y no quedarse cortos en las tareas que se esperan de un PC para ofimática actual.
En cuanto a los juegos, Valve esta luchando por integrar el gaming en Linux mediante Proton. Y el lanzamiento de la Steam Deck es la prueba de ello, pues SteamOS está basado en Arch (igual que Manjaro)
Si sumamos que Manjaro viene preparado por defecto con todo lo necesario para descargar Steam y ponerse a jugar, estamos en el momento adecuado y con el SO adecuado.
El gaming es perfectamente estable sin limitaciones ni preparaciones previas por parte del SO. Con Proton y Manjaro la limitación para jugar reside en el hardware, haciendo sentir que se esta jugando sobre un equipo con Windows.
Conclusiones
Manjaro es sin duda una gran sorpresa que rompe por completo las bases de Arch, que busca sacrificar la accesibilidad del usuario a cambio de ofrecer una plataforma de total control sobre nuestro hardware. Tanto es así que no se siente estar utilizando un sistema Arch, sino que Manjaro se siente más bien como una distribución basada en Fedora.
Por lo que si quieres sentir lo que es utilizar Arch Linux, no te recomendamos esta distribución. Hay que recordar que Manjaro se basa en Arch para dar las características de ligereza y control sobre el hardware, pero busca todo lo contrario a dar el «feeling» de estar usando Arch.
Se cumple con sobresalientes las premisas de dar control total al usuario, pero esta vez en un entorno sencillo hasta el punto que un usuario que solo ha usado Windows o MacOS puede moverse en él casi sin complicaciones.
Además sorprende lo ligero y completo que es de serie. Si sumamos los factores de poder usar Manjaro en hardware más antiguo o limitado, con la cantidad de recursos que ofrece de serie (más que de sobra para el uso ofimático habitual) y que no requiere de conocimientos profundos sobre Linux, nos encontramos ante una herramienta con mucho potencial.
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